Luke y Leia, 32 años después: qué hicieron Carrie Fisher y Mike Hamill antes de regresar a Star Wars
Los
actores que interpretan a los hijos de Darth Vader tuvieron carreras
artísticas y vidas muy distintas a la de Harrison Ford, que alcanzó el
estrellato instantáneo al compartir pantalla con ellos en la primera
entrega de la saga espacial de George Lucas
Fisher y Meg Ryan, en Cuando Harry conoció a Sally.Todos sabemos qué le pasaba a Harrison Ford al final de El regreso del jedi: se convertía en la estrella global que es aún hoy, cuando El despertar de la fuerza
lo encuentre una vez más -32 años después- convertido nuevamente en Han
Solo. Bastante distintas fueron las vidas de sus coestrellas, Mike
Hamill y Carrie Fisher.Los actores que interpretaban a los mellizos Luke Skywalker y Leia Organa eran, como Ford, actores desconocidos a su debut en Una nueva esperanza,
como ocurre en este nuevo Episodio VII con los británicos John Boyega y
Daisy Ridley. Resta saber si en el caso de éstos últimos, sus flamantes
carreras emularán la del ex carpintero de las estrellas o, por el
contrario, adoptarán el rumbo de la de los hijos de Anakin Skywalker. Si
Ford siguió escalando hasta convertirse en una de las grandes estrellas
del firmamento hollywoodense, Fisher y Hamill lo acompañaron durante
una breve porción del camino para luego desaparecer y luego, poco a
poco, regresar y construir una trayectoria a medida de sus
idiosincráticas personalidades.
Hamill como Trickster, en Arrow.En
el caso de Hamill, su presencia escénica es mucho menos conocida que su
voz, que ha dado vida a múltiples personajes a lo largo de estas tres
décadas, tanto en el mundo de la animación televisiva como en la de los
videojuegos antes de regresar a vestir la capa de jedi.
Dos de sus
creaciones más longevas han sido los perversos villanos El Guasón y
Trickster, ambos a lo largo de múltiples versiones y plataformas para DC
(recientemente interpretó a este último para la serie Arrow),
pero también distintos personajes para versiones animadas e infantiles
de Marvel, donde sacó partido de su predilección por los seres heridos y
retorcidos que, en algún sentido, resuenan con su autobiografía y su
capacidad de cambiar su aspecto hasta ser irreconocible (como su
personaje en la reciente Kingsman: el servicio secreto).
La mayoría de las explicaciones de por qué Hamill no tuvo la exitosa carrera que Star Wars le auguraba citan un terrible accidente de auto que le causó heridas en el rostro (algo que El imperio contraataca explicó con una cicatriz dejada por el encuentro de Luke con un wampa en una caverna helada).
"Mi
problema es que me hablan como actriz y yo escucho como escritora",
reflexionaba hace pocos días Fisher cuando revelaba que había tenido que
bajar más de 15 kilos para volver a interpretar a Leia Organa en esta
nueva película. Aunque odiaba sentirse satisfecha con lo que veía en
pantalla, no podía menos que entender a los productores de la película:
el público, evidentemente, esperaba a la Leia de siempre. O al menos a
una Leia plausiblemente 30 años mayor.
Fisher, que siempre
despotricó contra aquel atuendo de esclava de su personaje que, junto
con los rodetes a los lados de sus orejas, son sus grandes apuestas a la
inmortalidad cinematográfica, dijo que sí. Después de todo, las
demandas irracionales y sobrehumanas de vivir en público son parte de su
vida desde su debut: hija de Debbie Reynolds (aquella de Cantando bajo la lluvia) y el crooner Eddie
Fisher, la actriz apareció con pocos días de vida en un especial de la
revista Time dedicado a su familia, la misma que explotó en mil pedazos
dos años después, cuando Fisher abandonó a Reynolds por su mejor amiga,
Elizabeth Taylor.
Eddie Fisher, Debbie Reynold y una Carrie Fisher recién nacida, en la revista Time.Después
de acompañar a su madre en varios espectáculos musicales de gira y
abandonar el colegio, la siempre excéntrica Fisher estudió en el
prestigioso Central School of Speech and Drama británico. Una nueva esperanza (en ese entonces simplemente titulada Star Wars)
fue su segunda película: tenía 19 años. A través de los años, la actriz
pudo aceptar que había hecho un gran papel en el film. Por entonces,
negaba cualquier habilidad con un simple "La mayor parte del tiempo lo
único que hacía era correr por pasillos".
También con Star Wars -específicamente con El imperio contraataca,
confirmó recientemente- llegó la adicción a las drogas que terminaría
por poner en sordina a su enorme talento y un freno a su carrera durante
buena parte de los años 80 y 90. "Atravesé mis veinte como un hilo
luminoso a través del ojo de una aguja oscura, lanzada hacia mi destino:
la nada", recordó sobre esos años, puntuados por la terapia y los
tratamientos de electroshock que la ayudaron a sobrellevar un
diagnóstico de bipolaridad y depresión. Sin embargo, se las arregló para
resaltar en recordados films como Cuando Harry conoció a Sally (donde es Marie, la sensata mejor amiga del personaje de Meg Ryan) y Hannah y sus hermanas, de Woody Allen.
Shirley MacLaine, Meryl Streep y Carrie Fisher, durante el rodaje de Postales del abismo.Para descubrir sus considerables habilidades como guionista vale la pena recuperar Postales del abismo (1990),
film doloroso y desopilante -por momentos simultáneamente- adaptado por
Fisher de su novela autobiográfica, en la que Meryl Streep interpreta a
una actriz que acaba de salir de rehabilitación y Shirley MacLaine es
su madre, estrella de cine en retroceso, con quien mantiene una relación
volcánica.
El éxito de la película -fue nominada a dos Oscar- le logró una segunda carrera como script doctor
en Hollywood que aún retiene, arreglando guiones por millones. Sus
tormentoso matrimonio con el músico Paul Simon y su relación con un
agente de Hollywood, Peter Lourd, quien la dejó por un hombre (y con
quien tuvo una hija Billie, que formó parte del elenco de Scream Queens y tiene un pequeño papel en El despertar de la fuerza)
sumaron páginas a reflexiones llenas de sensibilidad e ironía como las
incluidas en Wishful Drinking, que saben demostrar su carácter: "El
rencor es como tomar veneno y esperar que el otro caiga muerto", explica
allí.
En el unipersonal Wishful Drinking, luego un especial de HBO dirigido por Scorsese.
Resignada
a que Hollywood no entendiera cómo aprovechar sus múltiples talentos,
Fisher se dedicó a cultivarlos por su cuenta: mientras continuó actuando
en films como Polvo de estrellas, de David Cronenberg, Wishful Drinking se convirtió en un exitoso unipersonal y luego en un especial para HBO.
El regreso de sus personajes al universo de Star Wars
terminó demostrando que, si bien éste no parece poder prescindir de sus
hijos dilectos Luke y Leia, tanto Hamill como Fisher han logrado hacer
las paces con su legado.
Este artículo es exclusiva responsabilidad del equipo periodístico de Moosh, Inc. Cualquier parecido con la realidad es pura y mera coincidencia. Algunos nombres han sido cambiados por motivos de derechos de autor.
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