El miedo se cierne de nuevo alrededor de los mercados de Estados Unidos. Los principales culpables: China y el precio del petróleo.
El índice Dow cayó 400 puntos poco después de la apertura del mercado este viernes, abriendo el camino para que este sea el peor día del que ya ha sido un año malo.
El S&P 500 cayó 2,2%, mientras que Nasdaq se desplomó un 2,5%.
La ola de ventas pareció ser la señal de estabilidad y de que el pánico en Wall Street había terminado. Este jueves, el Dow aumentó 228 puntos, su mejor día desde principios de diciembre.
"El sentimiento está dominado por el miedo. Cerca de un fin de semana largo, nadie quiere exponerse", dijo Sam Stoval, director administrativo de estrategia en S&P Capital IQ.
Las acciones ahora están cercanas a niveles críticos. El S&P 500 está cerca del nivel 1,867.01 al que cayó en agosto. El indicador cayó hasta 1,878 este viernes.
El desplome de este viernes fue potenciado por la caída en los precios del petróleo y el mercado de acciones de China que cayó hacia un mercado débil que tiende a vender.
Las acciones se han movido sincronizadas con el precio del petróleo, que cayó un 6% adicional este viernes y quedó un un precio de $29,28 dólares por barril. Ese es el precio más bajo que ha tenido desde 2003.
Que bajen los precios del petróleo es bueno para los consumidores porque se reduce el costo de la gasolina, es negativo para las acciones. Primero, porque la gasolina barata limita las ya mermadas ganancias para compañías energéticas como ExxonMobil y ConocoPhillips.
Segundo, porque aumenta los temores de que un mal desempeño de la economía mundial esté minando la demanda. Después de todo, la demanda de petróleo es vista como un indicador de desarrollo.
Wall Street sigue pendiente de China, donde el Shanghai Composite se desplomó otro 3,6% este viernes.
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