El fiscal general francés, François Molins, ha confirmado que ya son 84 las personas muertas en el atentado de la noche del jueves en Niza (más de una decena de niños y adolescentes) y ha elevado a 202 el número de heridos. De los hospitalizados, 52 se encuentran en estado crítico, 25 de ellos en reanimación.
Molins también ha confirmado que el atacante fue identificado como un francés de origen tunecino de 31 años que vivía en Niza. Su nombre, Mohamed Lahouaiej Bouhlel. "Fue abatido para evitar que continuara con sus actividades delictivas".
El fiscal general ha detallado la cronología de los hechos. Según su relato, a las 22:45 de la noche del jueves el conductor de un camión frigorífico de 19 toneladas,alquilado el pasado 11 de julio en una localidad cercana a Niza, entró en la calle Promenade des Anglais (Paseo de los Ingleses) y circuló a lo largo de 2 kilómetros, entre el número 147 y el 11 de calle, golpeando a numerosos espectadores reunidos en el paseo marítimo para presenciar los tradicionales fuegos artificiales de la Fiesta Nacional.
El camión, alquilado el lunes, se encontraba aparcado en un barrio al este de la ciudad desde el día 13, según consta en las grabaciones de videovigilancia a las que ha accedido la Fiscalía. El jueves a las 21:34 horas el sospechoso fue en bici a recoger el vehículo y se dirigió al oeste de Niza. A las 22:30 hizo una parada en el barrio de Magnan antes de dirigirse a la calle donde perpetró su ataque.
Mohamed Lahouaiej fue abatido por la Policía a la altura del hotel Negresco y su camión siguió circulando otros 300 metros. Fue neutralizado a la altura del Palacio del Mediterráneo, donde los agentes encontraron ya el cuerpo sin vida del terrorista en el asiento del copiloto del camión.
François Molins ha confirmado también que en el remolque del camión se halló una bicicleta y varios palés y en la cabina abundante armamento: una pistola automática, un cargador, cartuchos y una segunda pistola automática, dos réplicas de fusiles de asalto (un kalashnikov y un M16), una granada, un teléfono móvil que está siendo investigado y varios documentos.
"En la cabina también había un carné de conducir y una tarjeta bancaria a nombre de un ciudadano nacido en Túnez y residente en Niza, casado y padre de familia", ha explicado el fiscal, que también ha confirmado que su ex esposa está bajo vigilancia policial desde la mañana de este viernes.
Mohamed Lahouaiej Bouhlel era conocido por la Policía por haber protagonizadovarios casos de violencia doméstica entre los años 2000 y 2016 y había sido incluso condenado en marzo por un tribunal de Niza a 6 meses de prisión por una agresión cometido en enero de este año.
Según el fiscal general, el presunto autor del atentado no estaba fichado ni se le asociaba a signos de radicalización, aunque su actuación "se corresponde con los llamamientos" que lanzan las organizaciones yihadistas. No se ha registrado ninguna reivindicación.
En una entrevista con la televisión pública, el primer ministro francés, Manuel Valls, ha asegurado que el autor del atentado es "un terrorista sin duda, vinculado con el islamismo radical de una forma u otra", y ahora habrá que determinar "cuáles fueron sus cómplices o sus vínculos con el terrorismo".
El primer ministro quiso zanjar de esa manera las dudas que han comenzado a surgir en Francia al no descubrir por ahora ningún indicio que pruebe que el autor del atentado obrase a las órdenes o inspirado por el grupo Estado Islámico.
"'Daesh' (acrónimo en árabe del EI) está reculando en Siria e Irak. Hacemos todo por luchar contra el terrorismo, es una guerra de largo aliento en el interior y el exterior del país", afirmó, antes de insistir en el mensaje del presidente, François Hollande, de que Francia va a reforzar los medios de la coalición internacional.
Y recordó que la semana que viene habrá "una reunión muy importante" a ese respecto en Washington, en la que participará el ministro galo de Defensa, Jean-Yves Le Drian.
Sobre las críticas que la oposición ha hecho al Gobierno por no haber garantizado la seguridad de los espectadores que presenciaban los fuegos artificiales cuando fueron arrollados, Valls negó que el dispositivo fuese insuficiente y señaló que fue el mismo que estuvo vigente en la Eurocopa o en el Carnaval de esa ciudad.
"Quienes no están a la altura del dolor de Francia y de su pueblo no están a la altura de este gran país", dijo, antes de apelar a la unidad nacional, que "se impone más que nunca".
Pese a ello, admitió que esas preguntas son legítimas, aunque puntualizó que en los tres últimos años se han frustrado quince proyectos de atentados yihadistas.
Por último, justificó la prórroga por tres meses del estado de emergencia, que debía expirar el próximo 26 de julio, por "la necesidad de continuar movilizando a las fuerzas de seguridad frente a esta amenaza".
El ministro de Interior francés, Bernard Cazeneuve, que viajó a Niza para seguir los sucesos sobre el terreno, ha dicho sin embargo que de momento no existe ningún elemento que permita vincular con el yihadismo a Mohamed Boulhel.
"Tenemos un individuo que en absoluto era conocido por los servicios de información por actividades ligadas al yihadismo radical, que no era objeto de una ficha S (de seguimiento por radicalización), y al que no se le conocían actos vinculados con el islam radical", dijo el titular de Interior en la cadena "TF1".
Cazeneuve indicó en el telediario de máxima audiencia de esa cadena que la investigación judicial abierta determinará si Boulhel, abatido tras la masacre, actuó a petición de otros individuos, impulsado "por los continuos mensajes del Estado Islámico" o por tener algún tipo de desequilibrio.
El ministro recordó que en lo que va de año se han evitado 16 atentados en Francia pero advirtió de que, independientemente de quién esté al frente del Gobierno, "todo lo que se haga no podrá garantizar nunca un riesgo cero de atentados".
"Nos enfrentamos a fenómenos de violencia extrema. Hemos constatado que las modalidades de esos crímenes son inéditas respecto a lo conocido hasta ahora. Hemos tenido matanzas masivas con explosivos, con armas de fuego, y ahora un nuevo tipo de intervención", indicó Cazeneuve.
El ministro subrayó que "es algo que preocupa a las autoridades públicas", porque se ha llegado "a tal nivel de paroxismo de violencia que para proteger a los franceses hace falta abarcar todos los comportamientos más violentos, irracionales y mortales e intentar evitar que se reproduzcan a través de la anticipación".
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