Existen multitud de profesiones con un altísimo componente vocacional: actividades que surgen de la necesidad de realizarte como profesional. La fotografía es una de ellas, y no es ninguna novedad que la mayoría de la sociedad no valora todo el trabajo que conlleva una fotografía realmente buena. Pero esta situación, ¿nos la hemos ganado o nos la han impuesto? ¿sabemos valorar nuestro propio trabajo? ¿cómo hemos llegado hasta aquí?
La ecuación de la valoración profesional
Pensando en líneas generales, creo que las profesiones tienen una especie de ecuación a través de la que el público general valora lo que vale el trabajo de un profesional. Además del resultado final, sumamos lo que cuesta de realizar (o lo que cuesta realizarlo a ojos del cliente en el caso de la fotografía), unido a la exposición que tenemos cara al público. Otros factores a tener en cuenta es la cultura respecto, en nuestro caso, a las artes gráficas, así como el posicionamiento en nuestro sector.Por poner un ejemplo, podríamos decir que médicos o abogados son profesiones valoradas y cotizadas por la sociedad por su labor frente al público y su actividad, mientras que trabajos como contabilidad es un trabajo laborioso en la que se valora el tiempo para realizar la labor.
En el caso de la fotografía, hemos vivido (y sufrido) la democratización de la fotografía ha sido una hoja de doble filo, ya que se ha facilitado tanto la labor a los fotógrafos que se ha simplificado tanto que se ha acabo convirtiendo en una profesión llena de intrusos.
En el caso de la fotografía química el proceso no era excesivamente complicado pero requería de mucho tiempo y una inversión económica notable, lo que prevenía que cualquiera tuviese una cámara pero tuviese que revelar las fotografías en un laboratorio.
La cesión de los fotógrafos
En el caso de la fotografía, no sé si se dará esta misma situación en otros sectores, los fotógrafos profesionales o con aspiraciones profesionales, han cedido poco a poco y han devalorado su trabajo. Somos un colectivo segmentado e individualizado, por lo que tampoco disponemos de un punto de encuentro como podría ser un Colegio de Fotógrafos, un tema que daría mucho que hablar pero que dejaremos para otra ocasión.Fotografía de Trojan Llama |
Hay quien pensará que la fotografía es un medio autorregulado y que los mejores siempre salen a flote y los aficionados acaban hundiéndose; tal vez la solución pase por la creación de una organización a nivel nacional.
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