Acceder a las profundidades de la Tierra no es tarea fácil. A día de hoy, si la Tierra fuera una manzana, ni siguiera habríamos logrado penetrar una fracción de la finísima piel. Si hablamos de minas, la mina más profunda jamás cavada es la de TauTona, y alcanza los 4 kilómetros de profundidad.
Situada en Sudáfrica, de esta mina no obtuvimos un encontronazo con un monstruo de Lovecraft,
sino un buen puñado de oro: un total de 5 toneladas en un año. Para
trabajar en la veta más alejada de la entrada hay que realizar un viaje
de cuatro horas de duración.
El calor, los gusanos del diablo (Halicephalobus mephisto,
descubiertos a 1,3 kilómetros de profundidad) y otros peligros pueden
acabar con tu vida en cualquier momento. Así que no solo hemos extraído
oro de aquí, sino una nueva espeie de gusano, y otras nuevas formas de
morir. La mina tiene una extensión total de 800 kilómetros. En ella cabe 5.600 mineros. Todos los años hay una media de 5 muertos en la mina.
Todavía muy lejos de cruzar la piel de la Tierra.
Comenta: