El pueblo británico ha hablado: tras la celebración del referéndum conocido como Brexit, el Reino Unido ha decidido abandonar la Unión Europea. La "bomba" ha puesto el mundo patas arriba y, aunque el proceso de separación puede alargarse, al menos, dos años, sus consecuencias se notan ya: desplome de la bolsa con la libra y el euro como principales afectados, otros países tomando nota sobre qué proponer en el futuro... OK, mucha política, economía y tal, pero... ¿En qué medida afecta eso a un lector de Hobby Consolas? ¿El sector de los videojuegos o del cine se verán afectados?
Uno de los cambios más notorios vendría dado por la pérdida del Reino Unido del derecho al programa Europa Creativa, que implica un fondo económico de apoyo a cualquier expresión creativa que suponga un espaldarazo a la proyección cultural de la Unión. Esto implica que los desarrolladores británicos perderían una importante fuente de financiación: si un proyecto justifica ese valor, puede conseguir hasta 150.000 libras (unos 185.000 euros) de la Unión para la causa. ¿En qué medida reduciría eso el volumen de proyectos de videojuegos procedentes de la isla? Es complicado de decir por ahora, si bien ese programa ya está amortizado de aquí a 2020.
Checkpoint alcanzado
Otro aspecto que cambia es la necesidad de obtener visados o permisos de trabajo para establecerse laboralmente en ese país. También desaparece el derecho a la libre circulación (dicho de forma resumida, habría que pasar un control de aduanas más estricto), por lo que Reino Unido podría convertirse en un destino menos atractivo para celebrar convenciones, torneos de e-Sports, etc. La última encuesta reveló que el 71% de los desarrolladores británicos veía más negro el futuro tras salir de la Unión. El 41% de las compañías de videojuegos reconoce que aún no se han reunido para planificar cómo actuar después del Brexit.
Y así llegamos al tema de los precios: al tener que enfrentarse a nuevos aranceles, los precios de videojuegos, cine, etc, serían más caros cuando apareciera la figura de la importación. Hasta ahora, Londres es un gran lugar para perderse mientras compramos películas y juegos a precios más equilibrados que en nuestro propio país. Seguro que, entre vosotros, más de uno ha comprado habitualmente en Amazon.uk, donde los precios de los juegos suelen ser más asequibles que en la propia España, incluso tras sumar los gastos de envío. Esa ventaja podría desaparecer por los gastos extra que supondría para los británicos importar y exportar los productos. A corto plazo, los efectos ya se están notando: como la libra esterlina se ha desplomado, las compras en Amazon.uk se están disparando, dado que los precios de lo que allí se vende están ahora, comparativamente, por los suelos.
Muchas compañías internacionales tienen su sede europea en Reino Unido, como Sega o Square-Enix. ¿Decidirán marcharse a otros países (como Alemania, donde está Nintendo) que faciliten más la exportación o no estén sujetos a aranceles?
Más aún: el Reino Unido ha resultado clave en la adopción de normativa a nivel europeorelacionada con los videojuegos. Por ejemplo, ellos fueron los que propusieron la normativa para los juegos free to play, que luego siguió el resto de la unión. Tras la emancipación del país, perderíamos el apoyo y el interés de una zona clave de la industria.
Señor Bond, enséñeme el pasaporte
El sector del cine también mostraba ayer su preocupación por el Brexit. Un grupo de productores británicos, entre los que se encontraban los responsables de sagas como James Bond o Kingsman, plantearon lo siguiente: "Permanecer en la Unión Europeaimplica que nuestras películas, programas de televisión y juegos pueden pasar con más facilidad por las fronteras porque no están sujetos a aranceles o impuestos de ningún tipo en Europa."
En otro comunicado, 250 actores británicos de la talla de Patrick Stewart o Benedict Cumberbatch se manifestaron en contra del Brexit: "Nuestro éxito creativo se vería debilitado si nos vamos. Desde el proyecto más pequeño hasta el blockbuster más ambicioso, muchos de nosotros hemos trabajado en procesos que no se habrían materializado sin el apoyo que viene más allá de nuestras fronteras".
También hay artistas a favor del Brexit, como Michael Caine o John Cleese, que consideran que el país estará mejor sin "estar reprimidos por miles de burócratas anónimos", que borran "todo rastro de legitimidad democrática". Y es que no todo el mundo lo ve como algo negativo: la desvinculación con Europa podría servir para que el Reino Unido creara sus propias normativas económicas, comerciales, etc., que atraerían a nuevos inversores. También hay quien dice que la contrapartida de no recibir subvenciones está en que no habrá que invertir tanto o dar tamaña cantidad de impuestos a la Unión, con lo que se gana independencia.
Ya lo veis, por ahora la incertidumbre es tan manifiesta en el sector del entretenimiento como en el resto de facetas de la Unión Europea. Es muy pronto para tomar decisiones y, sobre todo, para alarmarse. Solo hay una cosa clara: por mucho que cambien las cosas, los británicos seguirán cocinando fatal. ¿Fish and chips? ¿En serio?
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