Verter un líquido a una temperatura de más de 500 grados Celsius sobre una superficie sólida a una temperatura increíblemente baja puede resultar un experimento bastante interesante y con reacciones muy peculiares. Este es el caso de arrojar aluminio fundido sobre hielo seco o incluso nitrógeno líquido.
Es impresionante ver cómo los materiales se repelen casi por completo. El aluminio resbala de un bloque de hielo seco y se mantiene en estado líquido a su alrededor por varios segundos, hasta solidificarse por completo. En cambio, al arrojar nitrógeno líquido sobre aluminio fundido básicamente no entran en contacto real, o no se mezclan, dado que sus densidades son extremadamente diferentes.
Es un experimento muy interesante que vale la pena admirar en vídeo, y no hacerlo (para evitar quemaduras severas innecesarias).
Este artículo es exclusiva responsabilidad del equipo periodístico de Moosh, Inc. Cualquier parecido con la realidad es pura y mera coincidencia. Algunos nombres han sido cambiados por motivos de derechos de autor.
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