A veces me preguntan, ¿por qué estás en contra del aborto, de la eutanasia, del socialismo, la ideología de género, etc? Y lo único que les puedo hacer entender es que personalmente no me siento adoctrinado por las burdas ideas de lo 'políticamente correcto'.
Lo políticamente correcto remite a un modo de actuar y de hablar que se está imponiendo, pero no pacíficamente como si se tratase de una nueva moda, por ejemplo. Por el contrario se trata de una imposición a base de legislación y que cuenta con un poderoso aparato censor y punitivo en el mundo entero. Remite, por una parte, a una cierta visión buenista de la sociedad que, por otra, se contradice con el modo 'inquisitorial' en que se aplica.
Es una tiranía disfrazada de moda que se ha alzado con mucho terreno en todos los ámbitos de la sociedad. Y si vos no estás de acuerdo sos un machista, un opresor, un retrógrado, un intolerante, un fanático entre otros adjetivos.
Curiosamente esta corriente surge con los revolucionarios marxistas de la izquierda americana, quiénes justamente buscaron desconstruir todos los estatutos convencionales que habían existido hasta ese momento. Ciertamente era necesaria una revolución social, pero dicha revolución se está inclinando a un nuevo totalitarismo.
¿Sus características? Es una ideología. No es una teoría sobre la realidad, es más, como toda ideología se caracteriza por un “desprecio por los hechos y la realidad” según el libro Los Orígenes del Totalitarismo por una de las filósofas más influyentes del siglo pasado, Hannah Arendt.
No postula necesariamente el sometimiento violento de las masas, sino que procede mediante la propaganda, la desinformación y la manipulación a través de todos esos medios que abiertamente se oponen a ciertas ideas de manera deliberada. Ni hace falta mencionarlos.
Me parece obvio que en lo políticamente correcto se cumplen los requisitos indicados y que, por tanto, nos encontramos ante un movimiento totalitario, una ideología que se considera la única postura válida, que trata de imponerse sin argumentación, sin afrontar las razones contrarias a las que, sencillamente, ignora o ante las que reacciona con descalificaciones (no con argumentos).
Entonces... ¿que hacemos? El primer paso para evitar un talante totalitario es identificarlo como tal. Caer en la cuenta de que quien piensa de otro modo no es necesariamente un racista, sexista, fascista, etc.: del otro lado puede haber argumentos, puede haber personas bien intencionadas que piensen así. Y lo racional es enfrentarse a los argumentos mediante análisis, contra-argumentar si nos parecen erróneos o incoherentes los argumentos, etc. Y lo democrático es respetar al adversario. Así debería de ser.
Y aunque ustedes no lo crean, esto ha afectado incluso a nuestro lenguaje, la dimensión lingüística del lenguaje políticamente correcto se caracteriza por la proliferación de nuevos términos. En principio se trata de eufemismos para sustituir términos que puedan ser ofensivos por otros que suenen mejor. Pero una vez desencadenado el proceso no se sustituyen solo los términos ofensivos, sino que la dinámica misma de lo políticamente correcto lleva a la proliferación de más y más expresiones.
Así, en el texto de Caperucita vemos que el clásico leñador (término que no parece ofensivo) se ha convertido en “operario de la industria maderera o técnico en combustibles vegetales”; recordemos unas cuantas expresiones políticamente correctas: interrupción voluntaria del embarazo (aborto), cesión permanente de niños (adopción), alternativa a la opción sexual mayoritaria (homosexualidad), impuesto revolucionario (extorsión), interno (preso), invidente (ciego). Dicho queda, sin entrar en la cuestión de que el lenguaje ordinario ha sabido siempre manejar los eufemismos diciendo, por ejemplo, “de la otra vereda” para referirse quienes manifiestan una “opción sexual no mayoritaria”.
Esto se ve sólo en lo lingüístico, pero cuando entramos a la práctica y a las ideas concretas nos encontramos con aborto, eutanasia, ideología, progresismo, etc.
Por tanto, si vos querés ser parte de esta corriente que se está levantando con mucha fuerza a base de mentiras y tergiversaciones, sos libre de hacerlo.
Pero en lo personal seguiré en contraposición del aborto, la eutanasia, la ideología de género, el socialismo puro marxista... ¿por qué? Simple y llanamente porque son corrientes de pensamientos que carecen de sentido común, normalmente obvian la lógica y te acusan de opresor o retrógrado si no estás de acuerdo.
Cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero eso no le da la opción de hacer su libertad individual algo colectivo.
Axact

Moosh Redacción

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