El jueves 1 de septiembre de 2016 es un día que quedará grabado en la memoria de Elon Musk, y no por algo bueno. En menos de 24 horas uno de los cohetes de Musk explotó y con él se llevó a la basura el primer satélite de Facebook, y para finalizar perdió la nada módica suma de 779 millones de dólares de su dinero. Fue un mal día para Elon.
La explosión del Falcon 9 de SpaceX que llevaría a órbita el primer satélite de Facebook, el AMOS-6 con el que planeaban llevar Internet de forma gratuita a una región del continente africano (parte del programa Internet.org de la red social), le traerá varios problemas a Musk y a Mark Zuckerberg, especialmente porque el seguro no cubrirá las pérdidas del cohete y el satélite.
Un poco de contexto: todas las cargas espaciales y las naves están aseguradas, el problema es que parece que había una cláusula que especificaba que para cubrir los daños al Falcon 9 y su carga el cohete tenía que haber hecho ignición, pero el accidente más reciente de SpaceX se generó por un fallo en la plataforma; el cohete no había sido encendido. De ser esto cierto, SpaceX, Facebook y Eutelsat (empresa que fabricó el cohete) deberán asumir la pérdida por completo.
Pero más allá del dinero, esto supone un grave problema para Zuckerberg, que necesitaba tener ese satélite completamente operativo para el 1 de enero, o de lo contrario podría perder la sociedad con Eutelsat. Y esto deja muy mal parado a Musk y su compañía SpaceX.
Pero por si fuera poco al bueno de Elon se le ha sumado otro grave problema: sus otras compañías, Tesla Motors y SolarCity, han vivido una caída bastante severa en cuanto al valor de sus acciones, lo que ha hecho que Musk pierda de su bolsillo nada menos que 779 millones de dólares.
Desde Bloomberg reportan que la fortuna del empresario visionario (que muchas veces ha sido llamado “el Tony Stark de la vida real”) cayó en casi 780 millones de dólares el día de ayer, y esto se debe no a la explosión del cohete (aunque esto debe haber afectado a SpaceX en el mercado bursátil), sino a que los inversionistas siguen muy molestos con la fusión que están viviendo Tesla y SolarCity, y las acciones lo siguen reflejando.
Así, Elon ha tenido un día muy malo. Pero lo soporta porque sabe que sus innovaciones son necesarias para el futuro de muchas industrias. Ánimo, Señor Musk, que un mal día lo tenemos todos, aunque no muchos tienen que ver con perder esa grosera cantidad de dinero, por supuesto. [vía Bloomberg]

Axact

Moosh Redacción

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