Ayer saltó la noticia de unos astrónomos rusos que detectaron una señal inusualmente fuerte proveniente de una estrella cercana y similar al Sol, lo que se interpretó como el posible rastro de una civilización alienígena. Esto es lo que significa realmente esa señal, y por qué es improbable que sean extraterrestres.
Recapitulando, unos científicos que usaban el radiotelescopio RATAN-600 en la república rusa de Karacháyevo-Cherkesia detectaron una señal inusual que emanaba de una estrella, de nombre HD164595, situada a unos 94 años luz de la Tierra. El pulso de radio anómalo se detectó en mayo del 2015, pero los científicos no han hecho público el descubrimiento hasta esta semana. Los investigadores, que discutirán sus conclusiones en la próxima reunión del Comité SETI Permanente de la IAA, propondrán la vigilancia permanente de este objeto.
Emocionante, ¿verdad? Sí y no. Es demasiado pronto para decidir si esto es la señal de una sofisticada civilización extraterrestre: ni siquiera sabemos si es una señal en sí. Pero la naturaleza de este sistema planetario en particular hace que el pico en los registros resulte muy tentador.
Momento en el que se detectó la señal fuerte y extraña el 15 de mayo de 2015. Imagen: Bursov
HD164595 está situado a menos de 100 años luz de la Tierra, de manera que somos prácticamente vecinos según los estándares cosmológicos. Si hay alguien ahí, podríamos entablar una comunicación bidireccional por turnos de 188 años.
Este sistema también cuenta con una estrella muy similar al Sol, en términos de tamaño y composición química. Pero es un poco más vieja que nuestro sol, por lo que cualquier civilización extraterrestre habría tenido más tiempo para surgir y desarrollarse. HD164595 cuenta con un planeta cálido parecido a Neptuno, que probablemente no reúne las condiciones para la vida (a menos que sus lunas sean habitables de alguna forma), y podría albergar otros cuerpos no descubiertos, incluido algún planeta rocoso. Obviamente vale la pena echar un vistazo a esta región del espacio.
La potente señal de radio ha llamado la atención del Instituto SETI, lo que ha llevado a sus científicos a realizar su propia exploración de HD164595 con la Matriz de Telescopios Allen. Hasta el momento la búsqueda no ha sido fructífera, pero el SETI no ha cubierto todo el rango de frecuencias en el que se podría localizar la señal. En un esfuerzo por ser exhaustivos, los científicos del SETI también planean observar la estrella desde el Observatorio SETI Óptico de Panamá, por si acaso los extraterrestres nos están enviando mensajes a través de unos poderosos rayos de luz dirigida.
Pero hay otra razón por la que HD164595 recibe tanta atención estos días, y tiene que ver con la forma en que la noticia se anunció al mundo. Como explica Jill Tarter del Instituto SETI, uno de los científicos del equipo envió un correo electrónico con el título “Detectada candidata de señal SETI”, un mensaje que llegó a Paul Gilster de Centauri Dreamsquien lo hizo público.
“Este proceso contradijo los protocolos de sentido común que hemos intentado desarrollar en los últimos años, y se anunció sin volver a ver de nuevo la señal, sin ninguna otra instalación que la confirmara y antes de poder decirles que se aseguraran para un anuncio público”, explica Tarter.
Por otro lado, los investigadores esperaron 15 meses para compartir sus hallazgos, algo extraño y anti-científico. Habría sido prudente alertar a tantas personas como fuese posible con la esperanza de volver a detectar y confirmar la señal.
En pocas palabras: es improbable que esta señal sospechosa sea de origen extraterrestre. Los científicos recogen pulsos de radio como estos todo el tiempo, pero rara vez se repiten (una condición importante para la verificación), y a menudo son producidos por un fenómeno de origen natural, tales como erupciones solares, microlentes de un objeto de fondo, un centro galáctico activo o incluso un satélite que pasa cerca. El año pasado, investigadores australianos encontraron un par de hornos microondas al final de una señal de radio sin explicación.
De acuerdo con Tarter, hay una infinidad de razones que podrían confundir a los cazadores de alienígenas con señales falsas, como “todas esas personas que salen a la calle a jugar a Pokémon GO” o nuestro consumo voraz de datos y sistemas de comunicación que provienen de los cielos. “Vivimos en un mundo lleno de ruido, incluso a frecuencias más altas”, dice.
Tampoco se sabe si los rusos están en lo cierto sobre el lugar donde se origina la señal. El radiotelescopio RATAN-600 que utilizaron los científicos es muy poco convencional, por lo que otros observatorios tendrán que confirmar la ubicación exacta. Pero eso requeriría una nueva señal anómala, que puede no volver a ocurrir nunca.
“A diferencia de una antena parabólica de foco desplazado, los lóbulos laterales del RATAN-600 son realmente impredecibles”, dice Tarter. “La señal pudo provenir de una gran cantidad de direcciones, aunque el equipo sostiene que lo hizo de una fuente puntual”. Tarter es escéptica sobre la señal extraterrestre; cree que un telescopio ruso no es suficiente para hacer una determinación y que una matriz de telescopios sería más fiable.
“En este momento estamos bloqueados por el requisito de persistencia y repetición”, explicó a Gizmodo. “Tenemos muy poca sensibilidad o credibilidad por señales transitorias como la señal Wow! o esta”.
Además, los rusos utilizaron una antena con un ancho de banda bastante grande para hacer sus observaciones. Buscaban a 1 GHz, que es alrededor de mil millones de veces más ancho que los anchos de banda normalmente empleados por el SETI, y alrededor de 200 veces más ancho que una señal de TV. De acuerdo con Seth Shostak, del Instituto SETI, la fuerza de la señal fue de 0,75 Janskys, lo que clasificó como “débil”. El enorme ancho de banda del receptor ruso pudo haber diluido la intensidad de la señal.
Interpretación artística de una esfera de Dyson. Imagen: Slawek Wojtowicz
Sin embargo, para producir una señal de este tipo, una civilización extraterrestre tendría que ser capaz de utilizar una enorme cantidad de energía.
Si el haz de transmisión se emite en todas las direcciones, los extraterrestres tendrían que aprovechar la energía producida por el sol con algo parecido a una esfera de Dyson (lo que los convertiría en una civilización de Tipo II en la escala Kardashev). Si el haz se dirige directamente hacia la Tierra (tal vez detectaron las firmas biológicas o los contaminantes industriales de hace un par de siglos que nos convierten en un buen candidato objetivo), se necesitaría menos energía, pero seguiría siendo más energía de la que nuestra propia civilización es capaz de producir (por lo que estaríamos ante una civilización de Tipo I en la escala Kardashev).
En cualquier caso, si hubiera una civilización extraterrestre en HD164595 tendría que ser increíblemente avanzada. Tan avanzada, de hecho, que si realmente quisieran llamar nuestra atención habrían hecho su señal más fuerte, más persistente y mucho más obvia (por ejemplo, con un mensaje real incorporado en la señal, como una cadena de números primos). El hecho de que nadie haya podido detectar una repetición de la señal es en sí una buena señal de que no hay nadie allí. Es ciertamente posible que el pulso proviniera de una fuga de radio extraterrestre, pero parece poco probable dada su potencia.
En definitiva, los datos producidos por los astrónomos rusos no son suficientes por sí solos para demostrar que hay extraterrestres en HD164595. Ni de lejos. Pero eso no quiere decir que no debamos hacer un seguimiento y continuar investigando. Si algún día detectamos una civilización extraterrestre, nuestro primer contacto podría ser un pulso de radio anómalo como este.
Axact

Moosh Redacción

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